Educación ambiental: aprender a ser responsables con el agua y el planeta
La Educación Ambiental es la mejor herramienta para lograr cambios en la ciudadanía y avanzar en el camino de la sostenibilidad. En su Día Mundial destacamos programas como ‘Aqualogía’ que sumerge a los alumnos en el apasionante mundo del agua y su cuidado
Olas de calor y frío extremos, devastadores incendios forestales, sequías e inundaciones de récord… Son señales que no hacen más que alertarnos de la emergencia climática y nos plantean una lucha contrarreloj ante la que no podemos perder ni un solo segundo. Para ganar la batalla climática no solo es necesario el compromiso de los países y los gobiernos para hacer políticas y acciones de gran calado, sino también la acción colectiva de la población a la hora de adoptar unos estilos de vida y de consumo respetuosos con el planeta y una sensibilidad cotidiana en el cuidado de los recursos. Y en esta tarea, la educación ambiental, no solo circunscrita a la escuela, sino dirigida a toda la sociedad, es la mejor herramienta para lograr cambios en la ciudadanía y avanzar en el camino de la sostenibilidad.
El 26 de enero celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental para poner en valor las actividades que se realizan en esta materia en el ámbito educativo, empresarial y de la sociedad civil e impulsar este movimiento global que supone la mejor inversión para mejorar nuestro planeta.
En el último año, la educación ambiental ha recibido un importante impulso institucional. En la COP26 se estableció un grupo de trabajo específico para avanzar en la iniciativa Acción para el Empoderamiento Climático de Naciones Unidas que busca la educación climática, la conciencia ambiental de la sociedad y la creación, por parte de las empresas, de una fuerza laboral preparada para la transición justa y la resiliencia a los efectos del cambio climático.
Hace apenas una semana, la Comisión Europea hacía un llamamiento a los países de la UE para impulsar la educación ambiental y dotar a los alumnos de conocimientos y capacidades sobre sostenibilidad, cambio climático y medio ambiente. Esta propuesta destacaba las competencias necesarias para la transición ecológica, como son el pensamiento crítico, la toma de iniciativas, el respeto de la naturaleza y la comprensión del impacto que tienen las acciones y decisiones cotidianas en el medio ambiente y en el clima del mundo entero.
Por su parte, el Gobierno de España presentó en verano el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad, una herramienta que buscará reforzar en los próximos cinco años el papel activo de la sociedad en el proceso de transición ecológica.
Así, a medida que avanza el cambio climático y sus efectos, cada vez somos más conscientes de que educar a las nuevas generaciones en el respeto por los recursos y la naturaleza, así como en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es la mejor manera de asegurar un planeta habitable para la humanidad presente y futura.
El agua, protagonista en esta educación
La presencia del agua y su problemática, como uno de los recursos más castigados por el cambio climático, ha aumentado en la formación escolar a lo largo de los últimos años. En las actividades de educación ambiental desarrollada por los centros educativos, el agua suele tener una posición importante a la hora de desarrollar contenidos y sensibilizar al alumnado. Estos niños y jóvenes serán en un futuro los responsables de cuidar los recursos hídricos y, en algunos casos, los encargados de la gobernanza, la distribución y la investigación del agua.
Pero no solo es importante la sensibilización de los niños y jóvenes, también es crucial que la educación hídrica esté presente en la educación superior. Desde la Unesco señalan que es necesario un enfoque multidisciplinar e interdisciplinario cuyo objetivo sea el de lograr avances en el conocimiento científico a través de la capacitación de especialistas en ciencia, así como fortalecer y mejorar el sector hídrico a través de la formación de profesionales del sector y responsables en la toma de decisiones.
La educación hídrica también involucra trabajar con profesionales de medios de comunicación, con el fin de mejorar sus capacidades para comunicar los problemas del agua de manera clara y efectiva.
Aqualogía, ejemplo de educación ambiental
En España existen proyectos de educación ambiental centrados en el agua de mucha calidad. Destaca entre ellos un programa pionero, EDUCASSA, impulsado por Aigües Sabadell, que lleva 35 años sensibilizando a los alumnos de la ciudad sobre la importancia del cuidado del recurso, y que ha tenido unos resultados tangibles en el consumo de agua en Sabadell.
También se ha convertido en referente Aqualogía, el programa escolar la Escuela del Agua que sumerge desde 2014 a alumnos de primaria de toda España en el apasionante mundo del agua. Con un enfoque basado en el cuidado del medio ambiente, la sostenibilidad de los recursos y la actuación sobre el cambio climático, Aqualogía descubre a los niños el ciclo integral del agua, cómo ésta llega a nuestras casas y qué tratamientos son necesarios para su consumo y retorno al medio natural.
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