La teoría de Darwin y sus efectos
''... en el entorno socio-familiar el niño, último eslabón de la cadena de poder vertical, carecía de la importancia que tiene en la actualidad, excepto por algunos casos en los que el niño era el heredero de algún rey...''
En general, la teoría de la evolución por medio de la selección natural utiliza tres ideas básicas para explicar el origen y el cambio de las especies3:
a) El crecimiento exponencial de la población: todos los organismos se multiplican de tal manera que si no se destruyera continuamente una cantidad considerable de ellos, pronto quedaría la tierra cubierta por la progenie de una sola pareja4.
b) La variación de las especies: entre los individuos de una misma especie hay pequeñas variaciones5.
c) La herencia: todo ser vivo tiende a heredar los rasgos de sus progenitores6.
De acuerdo con Jastrow (1987) la argumentación de Darwin para explicar su teoría es la siguiente:
1) Toda población crece hasta acercarse a los límites de sus recursos, lo cual lleva a que se dé entre los individuos una lucha por la existencia.
2) Aquellos individuos con rasgos que les permiten hacer frente a las condiciones externas exitosamente (individuos aptos) tienen mayor probabilidad de sobrevivir y reproducirse.
3) Los hijos tienden a heredar los rasgos de sus progenitores y a transmitirlos a futuras generaciones.
4) Los individuos menos aptos no tienen tantas probabilidades de alcanzar la madurez, por lo cual tienden a no reproducirse y, en consecuencia, sus rasgos tienden a desaparecer de la población (selección natural).
5) Mediante este proceso por el cual se fortalecen unos rasgos y se debilitan otros hasta desaparecer, se va transformando la especie gradualmente a lo largo de las generaciones.
Es importante resaltar que el proceso descrito no conduce a un estado último, ni se afirma que la tendencia conduzca, necesariamente, a una meta determinada. El neodarwinismo hablará posteriormente de probabilidades determinadas por el azar. Por otro lado, el proceso evolutivo no admite una explicación de la variación de las especies basada en grandes saltos cualitativos (discontinuidad), sino en la suma de pequeños cambios imperceptibles individualmente (continuidad). En efecto, existe una altísima improbabilidad de que mediante un salto aleatorio cambie una estructura útil a otra también útil -si así fuera, sólo se podría explicar por la dirección de una voluntad superior- y porque en la naturaleza se implementan las soluciones más económicas; por eso, uno de los factores esenciales en la evolución biológica, junto al azar, es el tiempo.
En La descendencia del hombre, texto publicado en 1981, Darwin se ocupó del origen del ser humano a partir de una forma de vida inferior a la luz de la teoría de la evolución, lo cual tuvo por efecto una considerable disminución de la distancia entre éste y el resto de los animales, un hecho lleno de consecuencias para todas las ciencias, puesto que el ser humano deja de ser concebido como un ser de naturaleza divina, y pasa a tomarse como un ser natural igual a cualquier otro animal. Por eso para Freud la teoría de la evolución de Darwin constituye uno de los tres golpes narcisistas que ha sufrido la humanidad7, junto con la teoría heliocéntrica de Copérnico y la teoría del inconsciente de Freud.
La obra de Darwin revolucionó el campo de la biología al proporcionar una explicación racional, materialista y con posibilidad de verificación al fenómeno de la variabilidad y surgimiento de las especies. Para muchos fue una luz que indicaba el camino que toda la ciencia debía seguir, el camino del positivismo. Para otros fue el momento en que se ''desencantó'' el mundo definitivamente y, en consecuencia, el ser humano se vio reducido a un animal un poco más inteligente que los demás, idea que aún se sostiene en los círculos científicos8.
La teoría de la evolución dio un nuevo impulso al materialismo, al determinismo y al reduccionismo biológico, incluso en el campo de la vida humana; propició la eliminación de lo teológico en la ciencia y, en el dominio de la teoría política, la lucha por la existencia de Darwin se relacionó con el nacional-socialismo de Hitler y, paradójicamente, con la lucha de clases de Marx y el ''capitalismo feroz'', dos de los enemigos contra los que luchaba el primero. La diferencia entre los individuos que plantea Darwin ha servido para sustentar la diferencia de clases como algo natural. De acuerdo con Elders, la obra de Darwin llegó en un momento clave en el que encajaba con el pensamiento capitalista: ''La lucha por la existencia y la supervivencia de los más adaptados reflejaba la libre competencia'' (Elders, 1983, p. 191). Collier, Minton y Reynolds (1996) tiene una opinión similar, pero aclaran que fue Spencer quien aplicó el darwinismo en el ámbito socio-económico.
El descubrimiento de las leyes genéticas de Mendel y la biología molecular en el Siglo XX, dio paso al denominado neodarwinismo: ''mutaciones al azar ocasionadas por la codificación celular serían los portadores de la evolución'' (Elders, 1983, p. 198). Se llega así a una explicación del mecanismo que hace posible que ciertas características biológicas se hereden de los progenitores a su prole, fenómeno que Darwin ya había planteado en forma general, pero que aún no tenía una explicación suficientemente detallada.
El neodarwinismo da un gran impulso a los estudios sobre el ser humano, por eso es frecuente que desde la psicología se adoptara una perspectiva biologicista, según la cual todas, o al menos la mayoría de las características psicológicas humanas son heredadas biológicamente. Este prejuicio biologicista aún está presente en la psicología a pesar de los trabajos de muchos teóricos que muestran que el ser humano no sólo hereda sus características mediante los genes, sino que muchas de ellas se van moldeando mediante la educación que imparte una generación a otra9. Es importante recalcar que el ser humano posee dos facetas: la biológica y la cultural, ambas sumamente importantes para su evolución ontogenética (véase: Lopera, Manrique, Zuluaga y Ortiz, 2010) y que, si se desconoce una de ellas, se cae en un reduccionismo que dificulta la comprensión de lo humano y puede generar terribles consecuencias como por ejemplo la discriminación y exterminio de razas enteras (véase: Lévi-Strauss, 1987; Lewontin, Rose y Kamin, 1996).
''El neodarwinismo da un gran impulso a los estudios sobre el ser humano, por eso es frecuente que desde la psicología se adoptara una perspectiva biologicista, según la cual todas, o al menos la mayoría de las características psicológicas humanas son heredadas biológicamente...''
El impacto de la teoría de la evolución de Darwin fue reforzado desde otros ámbitos como el campo socio-cultural del siglo XIX y el campo de la física del siglo XX, pues con la democracia y la teoría de la relatividad respectivamente, también se debilitó la relación Dios-Verdad. Este debilitamiento hizo que la verdad y el ser humano perdieran su halo sagrado y divino: entonces la verdad, antes asociada a la idea de Dios, se entendió como una construcción exclusivamente humana que surgía mediante el consenso democrático; y el ser humano pasó a ser un objeto de estudio de la ciencia como cualquier otro elemento del mundo natural.
En efecto, desde el campo socio-cultural, con la revolución francesa aparece un nuevo sistema de organización social basado en la democracia, en el cual la autoridad ya no se ejerce verticalmente por un individuo soberano, sino mediante un colectivo soberano (el pueblo) por medio del diálogo y el acuerdo. No en vano Rousseau, autor de El contrato social y uno de los principales inspiradores de la revolución francesa y de la democracia, escribe en 1762 Emilio o de la educación, novela filosófica en la cual expone sus ideas acerca de la libertad inherente al niño y plantea la necesidad de que reciba una formación menos autoritaria, en la que él mismo pueda aprender guiado por sus intereses y motivaciones. El surgimiento de la democracia en el mundo hace necesario el final de la monarquía, del imperialismo y del colonialismo, fenómenos estrechamente relacionados con la separación cada vez mayor entre el Estado y la Iglesia y con el declive del poder que esta última tenía gracias a la conjugación de la autoridad civil y eclesiástica en un solo ser humano: el rey.
Por otra parte, surge la física del siglo XX y con la termodinámica, la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica introduce las ideas de irreversibilidad, relatividad e incertidumbre. La termodinámica, aquella ciencia que se ocupa de estudiar las fluctuaciones de calor es la que permite tomar conciencia de la irreversibilidad, que es la marca de lo vivo: indefectiblemente la vida tiene un curso temporal que sigue una dirección continua y que no puede volver atrás. La termodinámica de Boltzmann distingue entre procesos reversibles e irreversibles lo que, según Prigogine y Sterns (1997) es el inicio de la física de los procesos, es decir, una física que incluye el cambio (el cambio real, es decir, el cambio que es irreversible). En cuanto a la teoría de la relatividad, ella marca el final del universalismo en física y muestra que es imposible comprender el mundo sin tener en cuenta el punto de vista del observador; pone en el ámbito de la ciencia natural las limitaciones inherentes al ser humano y muestra que no hay verdades universales sino relativas al observador (Prigogine y Sterns, 1997). La mecánica cuántica profundiza la inclusión de la variable humana en la ciencia natural al introducir el principio de incertidumbre según el cual sólo podemos expresar satisfactoriamente una parte de la realidad de acuerdo con el lenguaje que utilicemos, es decir, que el conocimiento absoluto es imposible, la verdad es relativa (Prigogine y Sterns, 1997)10.
En ambos casos podemos reconocer la frase pronunciada por Nietzsche en 1882: ''Dios ha muerto'', entendida como la caída de los valores absolutos y la relativización del valor de la verdad a partir del uso crítico de la razón. Para Vattimo, este fenómeno constituye el final de la modernidad y el inicio de la posmodernidad (1994)11, actitud caracterizada por la carencia de valores últimos, absolutos, inmutables y suprahumanos.
''...El talante democrático y relativista se introduce poco a poco en los diversos sistemas de la sociedad, como la familia, en donde se pasa de un modelo autoritario, a un modelo democrático...''
El talante democrático y relativista se introduce poco a poco en los diversos sistemas de la sociedad, como la familia, en donde se pasa de un modelo autoritario, a un modelo democrático. En el modelo autoritario usualmente el padre tenía el monopolio del dinero y del poder lo cual le permitía impartir órdenes a esposa e hijos quienes debían obedecer bajo el peligro de ser castigados con golpes o con la expulsión, lo que se ha conocido en nuestro contexto como ''machismo''. Este fenómeno aún se observa con frecuencia en grandes sectores de nuestra sociedad, pero cada vez más pierde fuerza debido al talante democrático que se traduce en una educación que pretende formar para la libertad, la igualdad y la fraternidad bajo la idea de no discriminación por razones de sexo, género, raza, nacionalidad, entre otras. Incluso aún se encuentran frecuentemente casos en los que ese ideal de igualdad, libertad y fraternidad es rechazado quizás por miedo, es el caso de mujeres que, aun siendo maltratadas por sus maridos temen tomar medias que pongan fin a ese comportamiento como poner límites hablando con ellos o, en última instancia, separarse temporal o definitivamente. Lo contrario parece ocurrir con las nuevas generaciones que parecen irse ya al otro extremo: en efecto, el discurso social sobre la importancia del niño ha conducido en muchos casos a que ellos actúen como soberanos y que tomen como súbditos a los adultos, incluidos sus padres, maestros y demás figuras de autoridad. En otro momento puede ser interesante explorar la relación entre el discurso de la emancipación, la importancia que se le da al niño en nuestra época y los problemas familiares contemporáneos. Por lo pronto, mencionaremos brevemente la influencia del darwinismo en la psicología.
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